Forjando atletas en eitb.eus sobre el levantamiento de piedra vasca

La fuerza de una tradición que traspasa fronteras

Lo que hoy nos emociona como espectáculo deportivo, nació como parte del día a día en los caseríos: arar con bueyes, cargar cosechas, subir fardos de paja al desván, construir casas con piedra, talar árboles o fabricar carbón vegetal. Actividades que exigían fuerza, resistencia y una técnica aprendida con el cuerpo.

De esas labores surgieron los herri kirolak o deportes rurales vascos. Modalidades exigentes que combinan potencia, fondo físico y precisión. Más que deporte: son cultura, identidad y reflejo del entorno social y económico donde nacieron.

Hoy, estas disciplinas tradicionales no solo siguen vivas, sino que conquistan nuevos espacios y generaciones. Cada vez más jóvenes se suman al entrenamiento y la práctica de estas modalidades. También más mujeres, que rompen barreras y se abren camino en disciplinas históricamente masculinas.

Piedra vasca en Madrid: tradición y fuerza desde Carabanchel

Uno de los mejores ejemplos de este auge es el levantamiento de piedra en Álava. En Gasteiz, jóvenes harrijasotzailes entrenan bajo la dirección de Ibon Abad, presidente de la Arabako Harri Eskola. Entre ellas, destaca Sara Jiménez de Aberásturi, que llegó por curiosidad y ahora entrena con un propósito claro: disfrutar del proceso y levantar la piedra con estilo y elegancia.

Pero el interés por el levantamiento de piedra ya no se limita a Euskal Herria. También hay quienes, sin raíces vascas, se sienten atraídos por la dureza, la técnica y la historia de este deporte. Es el caso de Lucio Doncel, entrenador en el club Forjando Atletas en Carabanchel (Madrid), donde transmite su pasión por esta disciplina a nuevas generaciones de atletas.

El levantamiento de piedra se abre camino, conecta pasado y presente, y demuestra que cuando un deporte nace de la tierra, su fuerza es imparable.